Este es un espacio para que las mentes al límite compartan ideas, pensamientos, puntos de partida y experiencias desde una perspectiva cristiana.
Un libro "valioso": "Valor para vivir los valores" de Jorge Yarce
¿Son igual de ciertas todas las religiones?
Enteramente preparados... para ser relevantes en la sociedad
“En el mundo… no son del mundo… los he enviado al mundo” (Juan 17:11, 16, 18). Con esta triple perspectiva, Jesús expresa cuál es la posición de su pueblo, la iglesia, ante el sistema pecaminoso en el que vivimos. Lamentablemente, la mayoría de veces, hemos subrayado solamente la segunda de estas ubicaciones, perdiendo valiosas oportunidades de testificar, impactar y ser agentes del Señor en la transformación del mundo para su gloria.
En esta sesión, reflexionaremos en maneras bíblicas y prácticas de preparar nuestra mente, corazón y cuerpo para enfrentar los desafíos que la sociedad en decadencia nos plantea como seguidores de Jesucristo.
1. Preparación personal del siervo de Dios
Actitudes que se deben cultivar
* Proclamar a Dios como Señor de toda la tierra. Salmo 24:1.
* Compromiso ineludible con Dios y el prójimo. Salmo 146
* Trabajar en la adquisición y desarrollo de una sana conciencia social que sea sensible a los problemas sociales y no se aísle de los perdidos.
*Aceptar que la vida social es una manifestación de la vida ciudadana y no el resultado de conspiraciones infernales o inútiles actividades.
*No tomar o aceptar posturas políticas apresuradas. Sospechar de toda ideología que se proponga en el medio. Salmo 146:3-4.
*Mantener una actitud equilibrada ante los partidos políticos, los sindicatos, las luchas de los marginados: Ni activismo ingenuo, ni aislamiento irresponsable.
* Mantenerse informado de los acontecimientos políticos nacionales y mundiales y formarse una opinión inteligente de ello.
*Lea libros que tengan una correcta perspectiva bíblica con respecto al tema de los problemas de la sociedad. Recomiendo los siguientes:
** John Stott, La fe cristiana frente a los desafíos contemporáneos, Editorial Nueva Creación.
** Charles Ryrie, La responsabilidad social, Ediciones Las Américas.
** Bryant L. Myers, Caminar con los pobres, Ediciones Kairós.
** Stephen Charles Mott, Ética Bíblica y cambio social, Editorial Nueva Creación.
** Emilio Antonio Núñez, Teología y Misión: Perspectivas desde América Latina, Visión Mundial.
** Tony Campolo, Todos quieren cambiar el mundo. Ideas prácticas para la justicia social. Editorial Vida.
Acciones prácticas:
Lea la página editorial de los periódicos; vea los noticieros, pero también los programas de debates en los que se profundiza en las noticias.
Tome la decisión de modelar una vida de moralidad y honestidad a todo nivel; cumpliendo las leyes y respetando a los que están en eminencia (1 Pedro 3:16).
Participar en los ejercicios democráticos a todo nivel, con altura cívica e inteligencia política: en la iglesia, en la Universidad, en las asociaciones de profesionales, en los comités vecinales, en reuniones de pastores, etc.
Orar por las autoridades de la ciudad y del país, así como por las víctimas de la violencia, de la injusticia y los desechados por la sociedad.
Tomar la decisión de llevar un estilo de vida sencillo; es decir: un estilo de vida que “renuncie al desperdicio y se oponga a la extravagancia de la vida personal” (Compromiso evangélico con un estilo de vida sencillo, Comité de Lausana). Ello implica no comprar cosas por imagen social o status, sino vivir con lo necesario para estar cómodos, de acuerdo a nuestras posibilidades.
Aumentar la cantidad de dinero y ayuda para los necesitados (1 Jn. 3:18). Se reconoce que esto debe hacerse con inteligencia, pero ello no nos exime de la responsabilidad de ser generosos con todos aquellos que padecen.
Renunciar al consumo irracional que está caracterizando a las sociedades occidentales. Algunas sugerencias dadas por expertos ecologistas y sociólogos son:
Use menos artículos desechables.
No compre artículos enlatados.
Limite la compra de productos que contienen colorante: algunas gaseosas, ciertas galletas, boquitas (“churritos”), salsas, etc.
Use menos artefactos eléctricos.
Sea racional en el gasto de energía. Apague luces y aparatos eléctricos cuando no sean necesarios.
No dé regalos con empaques excesivos.
De ser posible, use sus propias bolsas cuando va de compras.
Rechace aquellos productos que dañan el ambiente.
Escriba, pronúnciese, dé su opinión a sus vecinos, proteste. No se quede callado.
2. Preparación de nuestra familia
La familia es la primera escuela. Aproveche para formar actitudes correctas ante la patria, los gobernantes, las actitudes cívicas, etc.
No haga de su familia una dictadura paterna. Dé oportunidad a sus hijos de planear, opinar o expresarse ante diversas circunstancias. A la vez, establezca una comunicación fluida y una relación de amor con su pareja para así ser un modelo de familia que “promueve el bien social”.
No promueva estilos de vida que están basados solamente en las modas o las marcas que promueven una imagen. Compre buena ropa y zapatos para sus hijos, pero no compre algo solamente porque es de la marca X.
Promueva en la familia el amor al trabajo y la responsabilidad. No permita que sus hijos crezcan con “dinero fácil” y la impresión de que todo el mundo les debe algo. Establezca responsabilidades familiares que todos deben cumplir. A la vez, recompense, felicite y estimule las actitudes correctas.
Comente en el seno familiar los acontecimientos de la vida nacional. Pida opiniones y aproveche para sembrar valores positivos. Trate de promover siempre una actitud pacifista (ej: el tema de las maras o el tema de la guerra en el Medio Oriente).
Enseñe a sus hijos una actitud de servicio a los demás. Busque que ellos sirvan a sus compañeros de estudio o amigos. A la vez, enséñeles a ser generosos con los más pobres.
Establezca límites y reglas claras para la casa. De esta manera, estará enseñando de una manera sencilla el cumplir la ley y alejarse de los problemas sociales.
Juegue con sus hijos. Enseñe de esa manera el juego limpio, el seguir las reglas, el respetar a los demás y la importancia de saber ganar y perder. Todos estos son valores claves en la vida social.
3. Preparación de las congregaciones
Recordar siempre que el evangelio tiene alcances totales, los cuales incluyen la sociedad. No creemos en un escapismo que, a la larga, resulta dañino para la naturaleza de la iglesia.
Cada congregación debe ser un modelo en el cumplimiento de las leyes y respeto a las autoridades. Además, debe ser un modelo de ejercicios democráticos y respeto a las opiniones de los demás.
Se debe promover una sana discusión acerca de la vocación y llamado a servir de cada cristiano. La idea es promover una actitud de servicio a Dios y al prójimo. El impacto de la iglesia proviene, en buena parte, de la promoción de una conducta ejemplar y que refleja los valores del reino de Dios.
La iglesia debe funcionar como la conciencia de la sociedad (No como un amo del Estado, ni como su esclavo). Cada congregación puede buscar espacios de expresión a través de los cuales se pueda educar, denunciar y protestar, así como felicitar y promover iniciativas.
La iglesia debe promover en su seno la solidaridad para con los demás. Debe haber un comité de ayuda y acción social que haga obras concretas a favor de los más necesitados, tanto dentro como fuera de la congregación (Gálatas 6:10). La congregación debe ser un espacio de expresión y ayuda. Estos proyectos de ayuda deben ser iniciados con cuidado y poniendo como motivación la fidelidad a Dios y el compromiso con el prójimo, y no la publicidad gratuita o la búsqueda de fama.
El pastor y los líderes que enseñan en la iglesia deben incluir aplicaciones en su enseñanza que sean parte de la vida real del país y no solamente de necesidades espirituales y actividades eclesiales.
La iglesia tiene la oportunidad de ser una orientadora para la sociedad en la que vive. Algunas ideas para lograrlo son:
Promover charlas acerca de temas que interesan al pueblo: el dengue hemorrágico, el SIDA, la inflación, cómo pedir empleo, cómo proteger a la familia de la delincuencia, ahorro de energía, etc.
Ofrecer las instalaciones para reuniones de ayuda: puestos de socorro en casos de desastres, reuniones de vecinos, funerales, campañas de limpieza y vacunación, etc.
Si hay personas en la congregación que expresan que su vocación es la participación social, se les debe pastorear a fin de que sean orientados adecuadamente, ya sea para desestimular su intención, como para dirigir de manera prudente, honorable e inteligente sus deseos de servir a Dios y al prójimo.
4. Preparados para enfrentar los riesgos
a. Si nos involucramos:
i. El riesgo de la ingenuidad.
ii. El riesgo de la tentación del poder.
iii. El riesgo de la fama.
iv. El riesgo de las alianzas inconvenientes.
b. Si no nos involucramos:
i. El riesgo de la irrelevancia.
ii. El riesgo de la dicotomía (separación de lo espiritual de lo cotidiano).
iii. El riesgo de la complicidad silenciosa.
Este próximo miércoles 10 de septiembre se acabará el mundo... otra vez
Encontré este interesante artículo en la BBC, el cual demuestra la ingenuidad que muchas veces demostramos los cristianos ante temas como este. Leanlo con atención y luego comentaré algo sobre la actitud bíblica ante el tema del fin del mundo.
¿Se acabará el mundo el miércoles?
Un gigantesco acelerador de partículas está a punto de ponerse en marcha en Suiza y un pequeño grupo de personas cree que eso podría suponer el fin del mundo. ¿Por qué estamos tan obsesionados con la posibilidad de un Apocalipsis?
El fin del mundo llegará algún día, eso es una certeza. Pero no ocurrirá pronto y es muy probable que no sea con un repentino y estrepitoso cataclismo este miércoles.
La mayoría de físicos considera que el proyecto es totalmente inofensivo.
Pero cuando uno ve un titular en el periódico que dice "¿Vamos a morir el próximo miércoles?", no puede dejar de preguntarse sobre esa fascinación con la idea del fin del mundo.
Se trata de uno de los conceptos más poderosos y antiguos de la humanidad, llámese escatología (teoría religiosa del fin del mundo), milenarismo, el fin de los días, el Apocalipsis o el desastre final.
"Es un patrón muy antiguo del pensamiento humano, incluso anterior a la Biblia y presente en la mitología de Oriente Medio, el caos final, la última batalla entre las fuerzas del orden y el caos", explica el historiador cultural Paul S. Boyer, autor de "Cuando el tiempo ya no exista: Creencias proféticas en la cultura moderna americana".
"Es un concepto profundamente arraigado desde el punto de vista psicológico ya que la idea de una existencia sin sentido es muy amenazadora", dice.
"Las sociedades humanas siempre han tratado de crear una especie de marco conceptual para dar significado a la historia y a nuestras propias vidas personales", añade.
Aunque la idea del fin del mundo figura en muchas religiones, las occidentales están más ligadas a la escatología cristiana.
En los primeros días de la Iglesia se daba por sentado que el Segundo Avenimiento y el fin del mundo eran inminentes.
La corriente principal del cristianismo se alejó de este tipo de ideas, pero grandes grupos de creyentes las adoptaron nuevamente en varias ocasiones.
"No es sólo un grupo marginal de lunáticos, es una parte integrante de toda la cristiandad. Pero en la rama más general de la cristiandad esto se pone en perspectiva como algo que podría ocurrir algún día", dice Stephen J. Hunt, sociólogo religioso y autor de "El Milenarismo cristiano: Desde la iglesia temprana hasta Waco".
"Pero ciertos grupos y movimientos creen que esto le pasará a su generación", agrega.
Cataclismos
Muchos grupos que habían predicho la fecha exacta del fin del mundo, la Gran Tribulación o la teoría del Arrebatamiento de la Iglesia, lo reconsideraron cuando llegó el momento y no pasó nada. Luego vinieron nuevas teorías.
Los Testigos de Jehová han hecho interminables predicciones sobre posibles cataclismos que nunca sucedieron, y tan sólo en los últimos años han decidido abandonar tales profecías. Sin embargo, estos augurios fallidos no han desanimado a los más creyentes.
No pasó lo mismo con los seguidores del Movimiento Millerista, liderado por William Miller, quién no sólo predijo el fin del mundo sino que dijo que ocurriría el 22 de octubre de 1844.
La fama de la secta aumentó a medida que se acercaba la fecha, se vendieron miles de periódicos y sólo una cosa pudo dar al traste con su popularidad, la llegada del 23 de octubre de 1844.
Este fallo fue conocido como la "gran contradicción" y los seguidores se fueron a raudales.
"Las actuales profecías son mucho más astutas", dice el profesor Boyer.
"Dicen que ningún hombre sabrá el día o la hora, pero que ocurrirá pronto", explica.
Carlos Roa está convencido de que sabe la hora. El guardameta argentino, mejor conocido por sus heroicos penaltis contra Inglaterra en el Mundial de 1998, rechazó renovar su contrato con el Real Mallorca a medida que el 2000 se aproximaba, ya que creía que el mundo se terminaba y tenía que prepararse. Cuando esto no pasó, no dudó en regresar al Mallorca.
"Un tema de poder"
Para muchos es fácil burlarse de los que creyeron y erraron, pensando sobre el modo o el momento en que el mundo se acabará, quizás respondiendo a una mera necesidad humana.
"Tiene que ver con un tema de poder", dice Michael Molcher, editor de la revista The End is Nigh ("El fin está cerca").
"En tiempos marcados por guerras o hambrunas, en tiempos generalmente malos, florecen las prédicas e ideas apocalípticas".
"Es la forma en que la gente controla el modo en que el mundo funciona. Lo único que no podemos predecir es el momento y modo en el que moriremos", señala.
Los grandes periodos de este tipo de ideas -Europa en torno al año 1.000, la Guerra Civil Inglesa, la Revolución Industrial en ambos lados del Atlántico, y el siglo XX- han sido momentos de grandes e intensas turbulencias.
"Un gran número de fundamentalistas están 'buscando señales'. Si hay otro tornado en Florida, son los que dicen que debe ser un castigo", dice Hunt.
Un tema común en algunos reductos cristianos milenaristas es el renacimiento de un Imperio Romano liderado por el Anticristo y conformado por diez naciones europeas.
El tema procede de la descripción de la bestia con diez cuernos del Libro de las Revelaciones.
Hasta hace relativamente poco esto se relacionaba con la Unión Europea, pero ahora que tiene 27 miembros, la idea se ha enfocado más en sus diez integrantes de la parte occidental del continente.
Cultura popular
La idea del fin de los días parece tener cabida en la cultura popular.
De la serie de novelas The Left Behind ("Los dejados atrás") se han vendido millones de ejemplares y gente de todo el mundo acudió en tropel a las salas de cine para ver las tres secuelas de "Profecía".
Pero sería erróneo decir tan sólo la gente religiosa cree en el fin del mundo.
En tiempos de la Guerra Fría el fin del mundo cobró la forma de armas nucleares, y hoy en día se habla de una catástrofe climática que daría paso a un mundo intacto pero sin seres humanos.
La predicción favorita de Molcher es la de una mujer convencida de que los planes chinos de construir una base en la luna alterarán su órbita y la enviarán peligrosamente hacia la Tierra.
Religiosos o no, los creyentes de estas teorías tienen en común que el mundo terminará algún día y aún hay muchos que quieren determinar la fecha.
Un predicador estadounidense, Ronald Weinland, predijo en su libro God's Final Witness ("El último testigo de Dios"), que Estados Unidos será destruido en los próximos dos años.
Lamentablemente, cuando uno trata de averiguar más y le envía un email, recibe una respuesta automática. Será que está demasiado ocupado preparando el final de los días.
Bien. El artículo muestra una adecuada investigación, propia de una institución periodística mundial. Digo lo anterior, porque obviamente no podemos acusar a la BBC de ser anticristianos; al menos en este artículo.
¿Una brújula que desorienta?
La más reciente controversia que rodea a la fe cristiana y que incluye una película (aún se debate La pasión de Cristo y El Código Da Vinci) es el reciente estreno de la película La brújula dorada (The Golden Compass), basada en el libro para niños Luces del Norte (Northern Lights) y parte de la trilogía llamada La materia oscura (His Dark Materials) del escritor británico ateo Phillip Pullman. Algunos grupos cristianos ya han comenzado una serie de protestas contra el film y algunos incluso han sugerido un boicot contra su exhibición. Más que entrar en una actitud de prohibiciones o pánico, en esta ocasión, quiero presentar cuatro elementos que pueden ayudar a orientar y tomar decisiones sabias, inteligentes e informadas a los creyentes.
1) El escritor, los libros y sus intenciones
Es verdad:
Pullman es abiertamente ateo. En una entrevista con el Washington Post (http://www.washingtonpost.com/ac2/wp-dyn/A23371-2001Feb18), el escritor declaró que había escrito sus libros para “debilitar las bases de la fe cristiana”.Las comparaciones y las conexiones con otros dos famosos escritores cristianos de Oxford (J.R.R. Tolkien, autor de El Señor de los Anillos y C.S. Lewis, autor de la serie de Las Crónicas de Narnia) han sido inevitables. Pullman ha declarado que no le gustan los libros de Lewis y que El Señor de los Anillos exalta demasiado la superioridad de “otro mundo”, mientras que él espera celebrar la existencia de “este mundo”.La organización que hace las veces de villano en los libros es “El Magisterio”, el cual está formado por hombres fríos e insensibles, que usan ropas clericales y utilizan edificios muy semejantes a catedrales católicas. De hecho, la palabra “Magisterio” es una obvia referencia a la autoridad jerárquica católica.
En uno de los libros, uno de los personajes dice: “El cristianismo es un error muy poderoso y convincente”. En otra parte se proclama: “Esto significará el fin de la Iglesia… el fin de todos esos siglos de tinieblas”.
Al final de la serie, los protagonistas se enfrentan con “Dios” (llamado Yahweh) y terminan desenmascarándolo y, finalmente, liquidándolo.
No es verdad:
Que al leer este libro sufrirás un lavado de cerebro y automáticamente te transformarás en ateo
Que este es un intento de “asesinar al Dios cristiano” o que es un ataque sistemático contra toda la fe cristiana. De hecho, Jesús ni siquiera se menciona en los libros. Pullman declaró: “El Dios que muere es el Dios de los que queman a los herejes y ahorcan a las brujas… ese Dios merece morir”. No se puede negar que hay algo de verdad en esa declaración.
A diferencia de El Código Da Vinci, que relata sucesos ficticios, pero con una obvia intención de afirmar que la historia está basada en hechos y documentos reales, La brújula dorada es una obra claramente de fantasía. Las líneas generales del argumento son simples: Una organización seudo-religiosa que busca controlar de manera autoritaria las vidas de las personas, unos niños que se rebelan contra ese control cuasi-nazi y una serie de criaturas fantásticas que protegen, atacan e interactúan con los héroes. Es una historia que llama la atención, sobre todo a los jóvenes y niños.
Los libros han sido aclamados por la crítica y han resultado ser un éxito de ventas en los Estados Unidos. Es obvio que Philip Pullman es un talentoso escritor. Quizá podría decirse que el caso se parece al de El código Da Vinci, donde muchos cristianos apreciaron la calidad literaria del libro, sin aceptar sus premisas.
El costo de la película –alrededor de los 150 millones de dólares –la ubica como uno de los megaproyectos del año. Las actuaciones estelares de Nicole Kidman, Daniel Craig y la voz de Sir Ian McKellen parecen asegurar un muy buen trabajo interpretativo. Estos nombres, de por sí, no aseguran un éxito de película, pero los cristianos deberíamos estar preparados para reconocer la calidad artística o técnica de una obra, sin estar aceptando, necesariamente, sus premisas o enseñanzas.
Es prudente comenzar diciendo que si el cristianismo ha soportado ataques aparentemente terminales (las persecuciones del imperio romano, las sucesivas uniones y alianzas con estados y emperadores, etc.), quizá no debemos pensar que un libro o una película acabarán con la fe de millones de personas o le dará un mal nombre a la verdadera iglesia de Cristo.
Lo anterior no implica que debemos aceptar o aplaudir lo que estas obras artísticas comunican. Sin embargo, las palabras de Romanos 8:31 resuenan aun hoy: “Si Dios es con nosotros, ¿quién contra nosotros?”. Dios es mucho más poderoso que Phiip Pullman o que el director de la película, Chris Weitz.
El consejo bíblico de 1 Tes. 5:21 es oportuno: “Examinadlo todo; retened lo bueno”. Por ejemplo, en un sentido, los libros (y la película) pueden resultar siendo una buena crítica a cierto sector autoritario y cerrado del cristianismo. De hecho, quizá los intentos de boicotear la película o de prohibir los libros y sacarlos de las bibliotecas, sean actitudes más dignas del “Magisterio” que pinta Pullman, que de seguidores del Cristo de los cielos. A la vez, nuestras críticas a la película deben ser inteligentes; basadas en observaciones agudas y válidas y no solamente en el viejo argumento de que “es que utilizan magia”.
Un buen consejo es que la película puede y debe provocar discusiones francas y honestas acerca del tema de la libertad, la autoridad, la iglesia y, en último caso, Dios y la vida diaria. Por otro lado, si una persona o una familia, decide que no desea ver la película o leer los libros, es su decisión y debe ser respetada. Aun así, los padres de familia y líderes de las iglesias tenemos la obligación de mantenernos informados sobre lo que sucede en la cultura popular para “apacentar a la iglesia del Señor, la cual él ganó con su sangre” (Hch. 20:28). En todo caso, debería ser bastante claro, a estas alturas de la reflexión, que esta no es una inocente película para niños; con ideas ingenuas o neutrales. Es un tratado algo complejo; con ideas filosóficas claras y provocativas, y todo vestido con el multicolor ropaje de una aventura fantástica.
Quizá esta película proveniente de un libro escrito por un ateo militante sea un buen inicio para poner en práctica un ejercicio muy necesario para todos los cristianos: el discernimiento. Muchas veces, al encender la televisión, el reproductor de mp3 o entrar a la sala de cine, apagamos el cerebro. ¿Cuántas películas hemos visto esta semana que son 10 veces más "diabólicas" que La brújula dorada? Me refiero a las películas que enseñan valores y actitudes claramente anticristianas, pero como no son abiertamente “ateas”, no hay boicots o conspiraciones paranoicas. En pocas palabras, el cristiano debe aprender a observar, analizar y formarse un criterio maduro acerca de todo lo que sucede a su alrededor; no solo sobre los conceptos que atacan sistemáticamente al cristianismo.
Por mi parte, creo que cuando tenga la oportunidad, voy a ver la película (en estos momentos no se ha estrenado en América Latina). Considero que la censura o los ataques despiadados, muchas veces, lejos de lograr su propósito, pueden constituir publicidad gratuita. Por supuesto, iré con cierto prejuicio; con una mente ya a la defensiva, pero con la suficiente apertura como para ser gratamente sorprendido, si es el caso.