Asuntos introductorios del libro de Judas

Hace poco tuve la oportunidad de presentar las conferencias bíblicas en el Seminario Bíblico Centroamericano de Honduras. El tema fue la carta de Judas. Gracias a los estudiantes, maestros y visitantes que participaron durante esa semana de conferencias. Mi deseo es que este tiempo de estudio y reflexión sirva para motivarnos a todos a luchar vigorosamente por la fe auténtica que fue dada una vez a los santos.

Aquí les presento la ayuda visual utilizada para la primera conferencia, la cual contiene los asuntos introductorios de la carta. 

¡Auxilio! ¡No aguanto más!

Recibí esta nota de parte de una señorita:

¿Qué puedo hacer si ya no soporto y he pedido ayuda al Señor y no me llega? La tristeza me está matando. He estado a punto de cometer un gran error: quitarme la vida. Necesito estar con mis padres para que me ayuden, pero es imposible porque no están aquí. Necesito ayuda, por favor.
 RESPUESTA
        Para comenzar, felicitaciones porque estás pidiendo ayuda. Eso es lo que hay que hacer cuando tenemos dificultades. No mencionas con exactitud cuál es tu problema, pero dices que ya no puedes soportar la tristeza, así que debe ser una circunstancia muy dolorosa; seguramente sientes un dolor muy agudo el cual nada parece remediar. También dices que has pedido la ayuda del Señor y eso es mejor aún, porque Él es la fuente de todo consuelo y refugio.
        Ahora bien, a pesar del dolor, la tristeza y, posiblemente el enojo contra Dios que sientes, te tengo tres grandes noticias. La primera de ellas es que, por difícil que parezca y por imposible que te suene, tus problemas tienen solución. No importa si es una decepción amorosa, la traición de una amiga o la incomprensión de tus padres o amigos, la verdad es que siempre hay una salida, que por supuesto no vas a poder ver si cometes el error de quitarte la vida. Recuerda que, a fin de cuentas, tus problemas son pasajeros, pero el suicidio es permanente.
        Te recomiendo que hagas lo siguiente. Siéntate un momento y escribe el problema que más te está afectando en este momento. Ahora escribe las alternativas que tienes para solucionar o cambiar esa circunstancia. Escribe también los obstáculos y las consecuencias que puede conllevar ese curso de acción. Sé optimista y no pienses sólo en lo peor. Es posible que hacer esto coloque los problemas en una dimensión más realista y puedas contemplar salidas que antes no habías considerado.
        La segunda buena noticia es que Dios está siempre dispuesto a escucharte, comprenderte y ayudarte. Para comenzar, recuerda que puedes expresarle al Señor tus quejas y angustias. ¿Sabías que hubo personajes en la Biblia que expresaron sus tristezas, su dolor y aun su enojo a Dios? Job era un hombre bueno que perdió a sus hijos y todas sus posesiones en una serie de eventos trágicos y traumáticos. En lugar de consolarlo, sus amigos trataban de buscar una razón por la cual Job sufría. En medio de todo, escucha lo que dice este sufrido hombre: “Está mi alma hastiada de mi vida; daré libre curso a mi queja, hablaré con amargura de mi alma” (Job 1:10); “Disputadores son mis amigos; mas ante Dios derramaré mis lágrimas” (Job 16:20). ¿Te das cuenta? En lugar de abandonar al Señor, puedes acudir a él para encontrar consuelo o simplemente para llorar y presentarle tus quejas. Y de una cosa debes estar segura: el Señor no abandona a aquellos que lo buscan. Jesús dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Por eso, no acabes con tus oportunidades de encontrar el consuelo. Refúgiate en Dios; descarga en él tu problema, cualquiera que éste sea. Recuerda que él es el único que puede ayudarte en toda circunstancia.
        La tercera gran noticia es que hay personas que te aman y se interesan por ti. ¡Vamos! Si has de ser honesta, debes reconocer que no todos están en tu contra. Tienes amigos que te quieren tal y como eres, a pesar del dolor y de las dificultades tan grandes que estás atravesando. De hecho, sería una gran idea que llamaras a un amigo o amiga maduro (de preferencia que sea una persona con fe en Dios) para que te ayude a salir de donde estás. Recuerda que los verdaderos amigos están contigo en las buenas y en las malas y no te juzgarán por lo que te está sucediendo, sino que procurarán extender su mano amiga para ayudarte y acompañarte en los problemas. A propósito, aparte de tus buenos amigos, es muy aconsejable que busques la ayuda de consejeros espirituales que te escuchen, que te den nuevas perspectivas ante los problemas y que te acompañen en el proceso. La Escritura enseña que en la multitud de consejeros hay seguridad (Pr. 11:14).
        En resumen, ¿por qué darle una solución terminante y falsa a problemas pasajeros que sin duda tienen una solución? Clama al Señor ahora mismo pidiendo su dirección y su consuelo. Luego, busca con objetividad las salidas y opciones que tienes ante el problema y enfréntalo con valor y decisión. Por último, busca la ayuda de personas que te aman y que se interesan por ayudarte a resolver cualquier dificultad o angustia que estés enfrentando. Aunque sientas que tu vida no tiene sentido, recuerda que hay un Dios que te hizo especial, que te ama y que tiene planes maravillosos para la vida que tienes por delante. Sólo dale la oportunidad de tomar el control y encaminarte hacia la senda de la paz y del descanso verdadero.

¿Es posible celebrar en estos tiempos de crisis?




               Este año será probablemente recordado como uno de confusión y turbulencia política en muchas partes del mundo. La crisis financiera en los EE.UU. provocó una inestabilidad económica en muchas partes del mundo, aumentó los niveles de desempleo y llevó el desánimo y el temor de muchas personas. En América Central la violencia llegó a extremos tales que varios de sus países (Honduras, El Salvador, Guatemala) se encuentran entre los países más inseguros del mundo entero, con niveles de asesinatos solo comparables con regiones en guerra. La emigración sigue creciendo y la confusión e inestabilidad política no han desaparecido de nuestros países. Muchos piensan --no sin razón-- que las celebraciones en estos tiempos son un lujo que no corresponde con la realidad.

               Nosotros, como cristianos, no estámos aislados de la crisis. Nuestro poder adquisitivo ha disminuido, la inseguridad nos trae tensiones, angustia y temor. En un año como éste, ¿cómo se puede celebrar la Navidad? Muchos de nosotros, hemos pensado en algo menos costoso y más simple y sobrio, más a tono con estos tiempos difíciles. Tal vez este año vamos a gastar menos en regalos de Navidad o en la cena. Por supuesto, para algunos, la Navidad es sólo una oportunidad para compartir con la familia, disfrutar de una cena de Navidad o de compartir la alegría de los niños. Para otros, se trata de admirar las luces de Navidad de colores o simplemente para disfrutar de la alegre y un poco de espíritu nostálgico de la temporada.


               Para nosotros, este año de crisis debería ser la oportunidad perfecta para contemplar de una manera más evidente la gracia de Dios a través de la Encarnación de su Hijo, y a celebrar esa gracia demostrada de variadas maneras en nuestra vida, nuestra familia y nuestras comunidades.


1) Esta es una temporada apropiada para darle gracias al Señor por la familia que tenemos.


2) Este es un tiempo adecuado para recordar y orar por todos y cada uno de nuestros amigos, los cuales han sido fieles durante todo el año en su amistad y apoyo moral y espiritual. 


3) Vamos a estar agradecidos por las múltimples oportunidades de servir a otros, ya sea en las iglesias locales, en los centros de trabajo y estudio o en los vecindarios. Que el Señor siga enviando más oportunidades de ser instrumentos en sus manos para la bendición de otras personas, aun en medio de crisis económicas, sociales y espirituales. 


              Por supuesto, nuestra intención no es olvidar la crisis o subestimar sus graves implicaciones. No estamos tratando de escapar de la realidad para buscar refugio en una fantasía irreal. Por el contrario, creemos que, recordar lo que el Señor nos ha dado nos lleva a ser mejores administradores de nuestro tiempo, nuestros esfuerzos y oportunidades, lo cual nos lleva a ser más generosos, compasivos y solidarios con las necesidades de otros, y hacer un compromiso claro con lo que el Señor está haciendo en el mundo



              Sí. Esta será una Navidad en medio de un mundo en crisis, pero para nosotros será una Navidad para declarar que el Señor es el dueño de nuestras vidas, de nuestro presente y nuestro futuro, de nuestra familia y ministerio. Convencidos de ello, encontramos esperanza en el mensaje que escucharon los pastores en la Navidad original: 


  • Que hay nuevas de gran gozo para todo el pueblo
  • Que Jesús nació y que eso lo hizo parte de nuestra historia
  • Que la gloria pertenece solo a Dios en las alturas
  • Que ahora es posible la paz en la tierra
  • Que Dios muestra su buena Voluntad para con los seres humanos


              En esas verdades seguras y sublimes encontramos refugio para hacer de esta temporada una verdadera celebración de vida, una fiesta para la gracia y un monumento a la soberanía del Creador del Universo. 


              Es que repasar estos hechos históricos nos hacen recordar que sí hay razones para celebrar; nos hace declarar que las tragedias, las crisis y los problemas no son lo normal; son una circunstancia anormal; producto de un mundo que aun no reconoce al Señor del Universo. 


              Recordar que Jesús nació para salvarme a mí produce una sonrisa de esperanza. Recordar esos hechos indudables nos hace decir con todas nuestras fuerzas y con toda la voluntad de nuestros corazones:

 ¡
Feliz Navidad, queridos amigos! ¡Que la paz del Señor esté siempre con vosotros!




Conformidad o rebeldía... Un equilibrio necesario


          ¿Sabías que el 90% de los fumadores se inician en el vicio motivados por amigos o medios de comunicación? ¡Qué fuerte presión ejerce el mundo sobre nuestras decisiones! Con razón, sólo en EUA, se gastaron en 1980, 120 millardos de dólares en publicidad.
Es que, es innegable que día a día nos vemos enfrentados por toda clase de reglamentos, convencionalismos y autoridades que nos piden o nos exigen que nos comportemos de cierta manera en determinadas circunstancias. Sin embargo, otras voces nos piden que seamos nosotros mismos y que nos rebelemos en contra de lo establecido. Ante estas dos actitudes, ¿qué debemos hacer? ¿Seremos sumisos y conformistas o rebeldes y sediciosos? ¿Habrá otra alternativa? Examina los siguientes hechos.

1.  La conformidad: ventajas y desventajas
La palabra “Conformidad” se define como la tendencia de los individuos a formar opiniones y a actuar de acuerdo con las actitudes, normas y valores vigentes. A la vez, son las estructuras y procesos que empujan al individuo a adoptar las creencias y prácticas de la mayoría. Con esta definición en mente, debemos aceptar que todos nosotros experimentamos cierto grado de conformidad a reglas establecidas. No existe aquella persona absolutamente libre de reglamentos formales o informales.
Ahora bien, existen varios niveles de “normas” a los cuales se nos pide conformarnos. Como se verá, el nivel de compromiso y obligación varía de acuerdo a cada nivel y a cada persona:

  • Ø  Primer nivel: Amplias normas sociales que se deben cumplir para ser parte de una comunidad. Por ejemplo, cumplir con las diversas leyes del país, pagar impuestos, respetar la propiedad privada, etc.
  • Ø  Segundo nivel: Normas de la comunidad. Ejemplo: presentar documentación en la garita de control de acceso, pagar al vigilante de la colonia, hacer cola ordenadamente para comprar o pagar algo, etc.
  • Ø  Tercer nivel: Normas de grupos específicos: En el trabajo (se exige puntualidad, estándar de calidad como trabajador, etc.); entre amigos (se exige lealtad, se acepta el uso de cierto lenguaje coloquial, etc.); entre colegas (se respeta la ética profesional).
  • Ø  Cuarto nivel: Normas familiares: A qué hora es aceptable llegar a casa, qué tipo de películas se debe ver, cómo se toman las decisiones, etc.
è VENTAJAS DE LA CONFORMIDAD:
o   Nos da una sensación de pertenencia y seguridad a un grupo. 
o   Facilita la interacción con otras personas, ya que tenemos terrenos comunes de conformidad, una obediencia común, etc.
o   Nos permite juzgar y evaluar el comportamiento nuestro y de los demás.  Se identifica más fácilmente un comportamiento socialmente indeseable.
o   Nos permite actuar con naturalidad, ya que podemos anticipar las reacciones de los demás, ya que así reaccionaríamos nosotros.  ¡Necesitamos un poco de conformidad!

è  DESVENTAJAS (Del exceso):
o   Impide la expresión individual de cada uno
o   Tiende a juzgar mal un comportamiento, sólo porque es diferente; no porque es incorrecto en sí.
o   Se pierde la creatividad en el trabajo y en la vida diaria.
o   Se pierde la emoción de lo inesperado en la vida.
o   Nos puede volver predecibles, aburridos y conformistas.
o   Se puede seguir rutas moralmente incorrectas, sólo porque cierta conducta es una norma del grupo:  ej:  las maras, los nazis, el saqueo público.

2. La rebeldía: ventajas y desventajas.
          Nuevamente acudimos al diccionario y encontramos que el rebelde es una persona que “se subleva, faltando a la obediencia debida. Alguien que opone resistencia con tenacidad”. Como puede verse, la palabra tiene connotaciones mayormente negativas. Por ejemplo, es verdad que la naturaleza pecaminosa de los seres humanos es rebelde a la voluntad de Dios, porque no tiene la capacidad de sujetarse a su Soberanía (Rom. 8:7-8). Sin embargo, también existe un aspecto positivo en la rebeldía: la sublevación en contra de nuestros amos naturales: el pecado, el sistema pecaminoso y Satanás.
          è VENTAJAS DE LA REBELDÍA:
o   En el mundo de hoy, es lo que está de moda.
o   Se asocia muy de cerca con la libertad para hacer nuestros deseos.
o   Permite la expresión de ideas y el fortalecimiento de una filosofía personal de vida, en lugar de simplemente repetir los valores de otros.

è DESVENTAJAS:
o   Se cae con facilidad en la ilegalidad y uno se expone a castigos.
o   Llevada al extremo, uno puede llegar a ser antisocial y ser excluido del grupo.
o   Generalmente, no se consideran las consecuencias negativas que conlleva.
o   Fácilmente, uno se puede ver enfrentado con la voluntad de Dios.

3.  LA ALTERNATIVA:  UN BALANCE ENTRE conformidad y rebeldía
Por supuesto, cierto grado de conformidad es necesario para interactuar con otros y ser acogido por los diferentes grupos con los que nos relacionamos. De otra manera, terminaríamos siendo auténticos antisociales. En sí, la rebeldía contra la voluntad de Dios es pecado.
A pesar de ello, la Escritura, no solo permite la crítica sana, sino que la alienta. Es necesario, entonces, que tengamos la capacidad para ser rebeldes bajo ciertas circunstancias y contextos. Considérese lo siguiente:
1.    Es necesario que cada uno reconozca sus propios valores, costumbres, gustos y metas, ya que ello es parte de la individualidad.
2.    Se debe reconocer el derecho de los demás a pensar diferente. Alguien dijo:  “Si en una organización, dos personas piensan igual, una sobra”.
3.    Si tiene un problema qué resolver en su trabajo, ¡es hora de ser rebelde! Busque nuevas e innovadoras maneras de resolverlo.
4.    Ante la injusticia, el delito y la maldad:  ¡es hora de ser rebelde!  No acepte que esas cosas sucedan en su vida, ni en su hogar. Denuncie, busque los espacios y las alternativas que permitan el regreso de la justicia y el castigo de lo malo. Por ejemplo, si en tu centro de trabajo alguien pisotea tus derechos, no busques una simple venganza que agrandará el problema. Aprovecha las alternativas de denuncia, habla con las personas adecuadas y permite que el sistema funcione a favor de la justicia. Claro, si ese sistema no arregla las injusticias, será hora de ser rebeldes y hacer un cambio de esa “Matrix”.
5.    Ante los malos valores sociales: ¡es hora de ser rebelde! Busque lo que el ético y correcto; aunque vaya en contra de la mayoría. Por ejemplo, si todos copian en los exámenes, pon en acción tu rebeldía y haz el compromiso de obtener tus propias calificaciones, para la gloria de Dios.
6.    Grandes hombres de bien para la humanidad fueron rebeldes ante el error, la ignorancia y el atraso:  Galileo, Edison, los hermanos Wright,
7.    El mayor rebelde de todos fue Jesucristo, quien se negó a dejar a la humanidad en la situación de pecado y miseria y dio su vida por nosotros.
8.    Cristo mostró el balance perfecto:
  • Se conformó a la humanidad, siendo uno de nosotros en todo, pero sin pecado (Jn. 1:14; Heb. 4:15).
  • Permaneció en rebeldía permanente contra el pecado y la corrupción; contra el error, la “autocomplacencia” y la soberbia (Mt. 20:25-28).
  • Cristo vino porque desea que nosotros vivamos como él; que vivamos una vida abundante (Jn. 10:10), conformes sólo a su carácter santo (Rom. 8:29).  ¿Serás tú lo suficientemente rebelde y valiente como para ajustarte al estilo de vida del Hijo de Dios?  ¡Que así sea! Amén.

¿Por qué insistimos en la autoridad de la Biblia?

           
(Publicado en la revista Líder Juvenil)
www.liderjuvenil.com


 Esta es una acelerada época que busca resultados efectivos a corto plazo. En el terreno del ministerio de la iglesia, lo anterior implica la búsqueda, a veces entusiasta, a veces desesperada, de métodos para alcanzar frutos rápidos y visibles. En relación con el ministerio juvenil, el fenómeno es, quizá, más acentuado aún. La mayoría de líderes juveniles están en permanente búsqueda de métodos más divertidos, más recientes o más emocionantes para instruir, entretener o simplemente motivar a los jóvenes. En este contexto, las fuentes de autoridad también se tambalean y se vuelven inestables y cambiantes. Así, los ministerios que insisten de manera obstinada en que la Biblia es la máxima autoridad en todo asunto de fe y práctica corren el riesgo de ser tildados de ingenuos o, peor aún, obsoletos. ¿Por qué deberíamos empeñarnos en mantener la autoridad absoluta de la Palabra en estos globalizados tiempos de los métodos gerenciales y tecnocráticos? Considera las siguientes cuatro razones teológicas.

Primera: Es el único libro que tiene origen divino.
            Uno de los textos clásicos en la teología de la revelación cristiana es 2 Timoteo 3:16. Aquí, el apóstol Pablo señala el origen divino de la Biblia utilizando una sola palabra griega: Theopneustos, traducida “inspirada por Dios”. Esta frase, la cual podría ser traducida literalmente “soplada o espirada por Dios”, posee dos implicaciones teológicas: primero, que la Biblia es la única fuente de autoridad que tiene un origen claramente divino. La única vez que aparece la palabra griega ya mencionada es para referirse a la Escritura. Aunque muchas veces se utiliza la palabra “inspirado” para referirse a algún canto o predicación, la verdad es que esa palabra está reservada solamente para la revelación escrita de Dios. Por tanto, las canciones que cantamos o las enseñanzas que escuchamos son valiosas en la medida en la que reflejan los infalibles principios de la Palabra de Dios.
            La segunda implicación teológica de la frase “inspirada por Dios” es que, técnicamente,  lo inspirado son los libros; no los autores. Por supuesto, la frase “inspirados” en español aparece también en 2 Pedro 1:21 para referirse a los escritores. Sin embargo, la palabra griega no es la misma. Pedro utiliza la palabra ferómenoi, la cual significa “llevados”, “guiados” o “impulsados”, como traduce la NVI. Por supuesto, el Señor ejerció una acción guiadora y directora sobre los escritores humanos. Sin embargo, no es exacto utilizar la palabra “inspirados”, ya que, como ya se ha mencionado, esta palabra está reservada exclusivamente para el resultado de su trabajo: los libros de la Biblia. En este sentido, entonces, todo lo que Moisés escribió en la Escritura es inspirado por Dios, pero no todo lo que el líder escribió o dijo en su vida lo es. Como puede verse, la Palabra de Dios es superior aun a sus escritores humanos. Por ello es que debemos insistir en su autoridad absoluta.

Segundo: La Palabra de Dios da origen al pueblo redimido
            En su primera carta, el apóstol Pedro afirma que los creyentes son “renacidos… por la Palabra de Dios…” (1 Pedro 1:23). Lo que este pasaje comunica es que la vida de Dios; la vida eterna; la vida verdadera es generada por la predicación de la Palabra eterna del Señor. En el pasaje se contrasta el nacimiento por medio de “simiente corruptible” (es decir los padres terrenales) y el segundo nacimiento, el cual se efectúa por la Palabra “que vive y permanece para siempre”. Santiago 1:18 reafirma este concepto, cuando dice que Dios “nos hizo nacer por la palabra de verdad”.
Existe una discusión muy común en la Bibliología que trata de definir si la iglesia origina la Escritura a través de su aceptación de los libros inspirados. Sin embargo, a la luz de estos pasajes, se puede decir que no es la iglesia la que le da autoridad a ella, sino al contrario: la Biblia es la que le infunde vida al pueblo del Señor. Como dice Samuel Escobar, “el pueblo surge de la Palabra, por eso se somete a ella”. Cualquier tradición, opinión, método o costumbre de la iglesia queda supeditada al escrutinio vivificante y final de la imperecedera Palabra de Dios.

Tercero: La Biblia señala a una persona: Jesucristo.
            A pesar del aprecio y respeto que los creyentes poseemos por la Biblia, corremos el riesgo de caer en el extremo de casi llegar a ser “bibliólatras”. Esta frase puede sonar extraña, pero lo cierto es que no debemos olvidar que la Biblia es el medio de revelación que señala a una Persona: Jesucristo. El mismo Jesús lo ratifica cuando afirma con autoridad que las Escrituras “dan testimonio de mí” (Jn. 5:39). Además, cuando se apareció a los discípulos en el camino a Emaús, declaró que todo el Antiguo Testamento (“la ley de Moisés, los profetas y los Salmos”) daban testimonio acerca de él (Lc. 24:44). ¿Te das cuenta? En otras palabras, la Escritura es valiosa porque nos da la oportunidad única y sublime de conocer a través de ella nada menos que al Maestro de maestros; al Rey de reyes y Señor de señores.
            De acuerdo a esa perspectiva, entonces, el poder de la Palabra de Dios no se encuentra en sus páginas; es decir en el papel, la tinta y la cubierta utilizados en su fabricación. Su poder se encuentra en la capacidad sobrenatural de mostrar el carácter y la gracia de Cristo a través de la preparación, la ejecución y la consumación del plan divino para la humanidad. Dicho de otra manera, la Biblia no es un amuleto de la buena suerte o una suerte de símbolo mágico que ahuyenta los malos espíritus. Su autoridad proviene de la historia y los principios que revela, ya que éstos son un testimonio de la Persona más importante de la historia: Cristo Jesús. Esa es una de las más importantes razones para insistir en la autoridad de la Palabra de Dios.
             
Cuarto: La Biblia transmite el poder de Dios que transforma la vida del creyente
            Ya se mencionó antes que la Escritura da origen al pueblo de Dios, por medio de la predicación. Ahora se debe señalar que, además, la Palabra de Dios posee en sí misma el poder transformador de Dios. Pablo lo declara en su primera carta a los Tesalonicenses cuando los felicita por haber recibido su predicación, no como un mero discurso humano, sino como la Palabra de Dios, “la cual actúa en vosotros los creyentes” (1 Ts. 2:13). La palabra utilizada por el escritor es energeitai, la cual da la idea de trabajar de forma activa y efectiva. Como puede verse, el apóstol personaliza la Escritura y le da un poder independiente del predicador, ya que es ella la que actúa para transformar al creyente. Lo anterior está en consonancia con otros pasajes que dicen que la Biblia tiene vida propia y realiza cambios notables en la vida (Heb. 4:12).
Por otro lado, es oportuno señalar en esta época casi obsesiva con el tema de la liturgia que la obra poderosa de transformación viene a través del estudio fiel, perseverante y serio de la Palabra del Señor, no de los cantos o las ceremonias que realizamos en el culto, por muy agradables y necesarias que sean dichas actividades. Lo anterior implica que, la iglesia podría crecer en su relación con Dios aun sin tener cantos, ayuda social u ofrendas, pero no podría hacerlo sin la Palabra del Señor. Es más, la iglesia podría seguir siendo transformada sin tener predicadores, siempre y cuando cada miembro estudiara eficazmente la Biblia por su cuenta. Así de autoritativas son las Escrituras, las cuales nos pueden “hacer sabios” para la salvación.
En estos tiempos en los que se idolatra el éxito, la Biblia parece ir cediendo su lugar ante los métodos novedosos y “más efectivos”. Sin embargo, su autoridad se mantiene intacta, debido a su origen divino, a su precedencia sobre el pueblo de Dios, al testimonio fiel de Jesús y a su poder transformador. No existe otra fuente de autoridad que tenga credenciales tan elevadas como la Escritura. Estas son, no solo fuertes razones para insistir en su autoridad absoluta, sino también motivos teológicos prácticos para elevarla hasta el sitio que ella se merece en la vida personal y comunitaria de los miembros de la iglesia del Señor.

Me gradué... Y ahora, ¿Qué voy a estudiar?


Siete consejos sobre la vocación, la voluntad de Dios y los estudios


Los compañeros comienzan a despedirse... se acercan los exámenes finales... hay que comprar el vestido de graduación... hay que hacer los últimos pagos... Todo este ambiente anuncia la llegada del momento agridulce del final de los estudios secundarios. La meta de la graduación está muy cerca. Sin embargo, hay otros pensamientos que asoman inoportunos: “Qué voy a estudiar ahora?”; “¿A qué me voy a dedicar?” “¿Por qué cuesta tanto decidir?”.

Los siguientes consejos tienen como propósito ayudarte en la delicada y emocionante decisión de tus estudios y tu vida futura.

1. Dale a esta decisión la importancia debida.

Esto significa que no debes relegar el tema a un segundo plano con la actitud de “cuando llegue a la ventanilla de la universidad voy a decidir”, aunque tampoco debe ser motivo de continuos desvelos.


2. Ora al Señor buscando su perfecta voluntad y dependiendo de él.

No menosprecies la oración. Recuerda que la Palabra de Dios nos anima a que “sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7).


3. Rodéate de buenos consejos y consejeros.

La Biblia enseña que “Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; Mas en la multitud de consejeros se afirman” (Proverbios 15:22). Escucha el sano consejo de tus padres, de tus maestros del colegio o de líderes maduros de la iglesia. Sus palabras podrían ser una luz en un camino que se ve algo borroso y te ayudarán a tomar una mejor decisión.


4. Consigue toda la información que puedas:

(a) En muchas instituciones educativas de secundaria se ofrecen pruebas vocacionales que buscan descubrir y hacer patentes tus aptitudes, tus intereses y tus características como persona.

(b) Conoce las diferentes universidades que hay en la ciudad y consigue prospectos de las carreras que ofrecen. Averigua cuáles son los servicios que se ofrecen (biblioteca, transporte, fotocopias, librería, etc.) y, además, los costos del estudio y de esos servicios. Habla con amigos que estudian en distintas instituciones y pregunta acerca de las ventajas educativas, el nivel académico, las clases, el ambiente, etc.

(c) Con objetividad, analiza los límites que tienes y los obstáculos que te presenta el estudiar en tal o cual institución universitaria. Por ejemplo, si los costos son muy altos, si la universidad está muy lejos o si se exige cierto nivel de calificaciones que, quizá tú no tienes, analiza si debes trabajar para pagar los estudios, etc.


5. Usa criterios claros, basados en tus valores.

Los siguientes, son algunos criterios que puedes usar para evaluar una carrera:

(a) Escoge una carrera que te permita glorificar al Señor y servir a los demás: Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís” (Colosenses 3:23-24).

(b) Escoge una carrera que te permita realizarte como persona y que te dé satisfacción en el trabajo: es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor” (Eclesiastés 3:13).

(c) Escoge una carrera que te dé constantes oportunidades de desarrollo profesional y no que te obliguen a estancarte.

(d) No escojas una carrera solamente por uno o varios de por los siguientes motivos:

Ø Porque esa es la carrera que estudiarán mis amigos.

Ø Porque esa carrera es más fácil.

Ø Porque es la que da más dinero.

Ø Porque es la carrera más corta.

Ø Aunque los motivos anteriores no son necesariamente malos, recuerda que está en juego una buena parte de tu vida futura. No escojas con base en motivaciones simplistas o egoístas.


6. Toma la decisión de buscar la excelencia en todo el trabajo que emprendas.

Esta actitud te permitirá estar listo para emprender retos nuevos con entusiasmo y carácter. En ese sentido, toma en cuenta lo siguiente:

Ø Ten cuidado al escoger una carrera muy nueva (recién iniciada). Puede ser que se cierre por falta de planificación o de estudiantes.

Ø Ten cuidado al escoger carreras con muchos estudiantes. En esas condiciones, la calidad académica baja y la competencia profesional es mucha. Podrías terminar en un mercado saturado de profesionales de esa carrera, lo cual disminuye tus posibilidades.

Ø Procura obtener cierta experiencia profesional mientras estudias, aunque sea en un empleo temporal o como asistente de algún profesional que está estudiando tu carrera.


7. Recuerda que el Señor quiere dirigirte, porque él tiene interés en todas las áreas de tu vida.

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jeremías 29:11);

“Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos” (Salmo 32:8);

Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará. (Salmo 37:5).

Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas (Proverbios 3:5-6).



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