Publicado en la Revista “Hechos” de la ciudad de Guatemala.
"La
vida es un escenario" escribió con ironía un famoso escritor. Cada uno
desempeña un papel diferente en la comedia de la vida diaria. Sin embargo,
¿No es cierto que nuestro papel es, muchas veces, mal entendido? En vez de
aparecer como el héroe de la historia, a veces somos vistos como un villano sin
corazón. Cuando esto sucede con los hijos, la historia deja de ser alegre para
convertirse en una amarga tragedia. Padre, ¿cómo es visto usted por su hijo
adolescente? ¿Es su hogar un campo de batalla? ¿O un oasis en medio del
desierto de la vida? ¿Qué imagen, real o ficticia tiene sobre esto su hijo? Entremos
sin temor en las figuras mentales que tienen los jóvenes acerca de sus padres.
"ASÍ
TE VEO, PAPA"
El Padre Policía
Hay
muchos jovencitos que ven a sus padres como guardias que vigilan todos sus
movimientos y que están listos a aplicar todo el peso de la ley cuando se
comete una equivocación. Este tipo de padres se jacta de mantener un estricto
control sobre todo lo que pasa en la vida de sus hijos. Lo que esto provoca es
que los chicos se vuelven expertos en burlar la policíaca vigilancia de sus
padres. Por ejemplo, los horarios de salida y llegada no son respetados, se
inician noviazgos a espaldas del detectivesco padre o, simplemente, los deberes
escolares son dejados de lado. A todo esto, el dialogo ha sido olvidado, la
amistad entre padre e hijo se ve lejana, y todo se analiza entre ellos con ojos
de sospecha.
El Padre Domador
Este
es el padre que intenta frenar todos los "instintos salvajes" de sus
hijos. Cuando éste pregunta "¿puedo salir hoy con mis amigos?", la
respuesta es un latigazo verbal en forma de un "¡NO!" amenazador. Estos
padres creen que sus hijos son criaturas de las cuales hay que cuidarse mucho,
porque si no, ellos terminarán por devorarlo en sus caprichos. Si el jovencito
se acerca con un atrevido "papá, te quiero", el padre responde con
sospecha, ya que detrás de ese cariñito, se esconde un zarpazo traicionero: ya
sea en forma de dinero, permisos o algún otro antojo. En esta relación, el amor
y la confianza han sido desterrados. Solamente queda un ambiente de defensa y
ataque entre ambos, lo cual recuerda la atmósfera de un circo de fieras.
El Padre Reliquia
Este
es aquel que debió haber tenido hijos en el siglo pasado. Todas sus opiniones
están pasadas de moda. Cada vez que cita una autoridad sobre cómo criar a los
hijos, habla sobre el abuelo o sobre su infancia. Las palabras
"cambio" y "actualización" le parecen excusas para el
libertinaje de "esta juventud de hoy". Estos padres ven a sus hijos
como la continuación de esa dinastía que es su familia. Por eso, piensa que su
hijo debe ser y hacer lo que él y sus antepasados han sido. Estos son los
padres que les dicen a sus hijos que deben estudiar para ser doctor porque esa
es la tradición de la familia. Aquí, se ha olvidado la personalidad del hijo,
sus opiniones y sus valores, y han sido sustituidos por las empolvadas
opiniones de los patriarcas familiares.
ESTO QUISIERAN VER LOS HIJOS
El Padre Supermercado
Los
adolescentes saben, en el fondo, que necesitan de sus padres. Lo que pasa es
que muchos de ellos quisieran que sus progenitores fueran meros proveedores de
sus necesidades y antojos. Ellos quisieran que cada vez que lleguen a pedir
zapatos, ropa (sin importar el precio) o pequeños lujos, los padres los
suministraran sin reparo. Para estos jóvenes, los papás, tal como los supermercados,
deben cumplir la función de ofrecerles artículos para vivir con mayor
comodidad. El respeto, el amor y los valores morales son menospreciados y le
dan paso a una visión materialista de la vida y las relaciones.
El Padre "A La Moda"
Muchos
adolescentes sueñan con el día en que sus padres acepten totalmente la
mentalidad del mundo moderno. En ese concepto, la disciplina es poca; el
castigo no existe, y la libertad que se otorga es casi sin límite. El padre
" a la moda" deja que su hijo experimente con el pecado y los placeres
del mundo para que él mismo decida luego qué hacer con su vida. Este padre no
reprocha a su hijo y le impone pocas reglas, si es que lo hace, ya que esto
puede "provocar un trauma en el muchacho". En este tipo de hogares, reinará la indulgencia
hasta llegar a la negligencia paterna. En medio de esta fantasía, el
adolescente ha olvidado la sana disciplina y amonestación del Señor que deben
proporcionarle sus padres y la seguridad que eso traerá a su vida.
UNA VISION BÍBLICA
El
Sagrado Libro presenta soluciones y alternativas muy diferentes a las figuras
que hemos visto hasta aquí. Pasajes como Efesios 6, Colosenses 3 y muchos en el
libro de Proverbios tienen bastantes consejos qué dar en cuanto a las
relaciones entre los hijos adolescentes y los padres.
En
primer lugar, Dios espera que en el hogar exista un "padre-apoyo". Los
pasajes citados anteriormente afirman que los padres no deben enojar sin
necesidad a los hijos. Por el contrario, ellos deben proveerles de una sana
disciplina, la cual es llamada "del Señor". Por ejemplo, Proverbios
22:6 se refiere al apoyo de los padres hacia los hijos como una instrucción por
el camino correcto. Esto implica que este padre debe estar dispuesto a
compartir, corregir, dirigir, orientar y descubrir junto con su hijo la senda
de su joven vida. Al haber una equivocación, el padre provee corrección, y a la
vez, amplia comprensión y apoyo. Esta actitud de los padres trae una gran
seguridad y estabilidad a la vida del joven.
En
segundo lugar, el hogar necesita de un "padre-modelo". Es decir, no
solamente se espera que hable, sino que viva lo que él mismo demanda. Aquella
frase de "haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago", no encaja
en la correcta relación de los padres con sus hijos. La meta debe ser llegar a
ser una verdadera inspiración para la vida del joven. El joven de hoy necesita
sentir la seguridad de que es posible llevar una vida ejemplar como la de su
padre.
Conclusión
Los
adolescentes de hoy no necesitan de un "padre-domador", un
"padre-policía" o "a la moda". Ellos necesitan padres que
vivan y les enseñen el camino correcto en la vida. Esos jóvenes actores, que
son sus hijos, esperan recibir de sus padres el modelo para desenvolverse con
soltura y seguridad en el gran teatro de este mundo. ¡Usted puede ser el héroe
que inspire a su hijo para desempeñar el brillante papel de su existencia!